sábado, 24 de octubre de 2009

Crónica en clase

Tan solo un día más

Uno de esos tantos días

Eran las nueve y veinticinco exactamente cuándo Karen vio el reloj, ya era hora de que entrara al aula de clases, pero la verdad no tenía ganas ya que era martes después de un puente muy exhausto

Karen Estephania Rengifo Dosantos

Era una mañana de octubre muy soleada, Karen estudiante de periodismo de segundo semestre se dirigía al salón de clases. Ella cruzaba la plazoleta de la univesidad, cuándo en medio de ella se encontró a una compañera de su clase. ángela, Karen la saludo y le preguntó: ¿qué trabajos hay para hoy? ella le respondió: las foto noticias, la crónica y la corrección de los trabajos y yo no hice nada. Karen sorprndida respondió: ¡no hiciste nada! yo solo hice la crónica y la corrección de los trabajos.

Pasado unos minutos llegaron Mónica y Brian dos compañeros de la misma clase, ellos como siempre con un tanto de humor sin preocupaciones y muy relajados.
Se sentaron a lado de Karen y de Ángela y empezaron a hablar de los trabajos que tenían que presentarle al profesor.
Pasado más o menos diez minutos llegaron Carolina y Leidy, ellas estaban muy afanadas dejaron los bolsos y se fueron pero regresaron al instante, todos discutían sobre los trabajos que había dejado el profesor.

Cuándo de repente por la puerta principal de la universida cruzó el profesor un poco despelucado pero con su buen humor como siempre, todos de dirigieron al salón de clase. Ya cuándo todos los alumnos se encontraban adentro del aula entró el profesor y dijo que le entregaran los trabajos a Carolina que es la monitora de esa clase uan joven blanca de estatura media contextura delgada ojos claros cabellos lacios y rubios. Ella amable como siempre pasó por cada uno de los puestos recogiendo los trabajos.

El profesor pidió que hiciéramos una crónica de lo que se estaba viviendo en ese momento, todos estaban muy concentrados aunque afuera del salón se escucharan risas y murmullos y el profesor hablaba y hablaba y repetía constantemente que en una sala de redacción nunca iba a haber silencio adsoluto, asi que tenían que irse acostumbrando.
El decía eso porque los estudiantes le pedían silencio para concentrarse aunque era inevitable que esto sucediera.

todo concluyó cuando el maestro dice que le manden las crónicas al correo y que para la próxima clase las llevaran impresas, el se despide y todos salen del salón.
Karen sale un poco aburrida ya que no le gusta escribir crónicas, se dirige a coger el bus pensando en como iba a ser su siguiente día.

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